Comer sano va más allá de la salud y bienestar individual. Incluye, además, el respeto al medio ambiente y pensar en la sostenibilidad de nuestras elecciones.
Piensa en el proceso de los alimentos desde el momento de siembra hasta el momento que llegan a la mesa. Modelos de cultivo diferentes tienen efectos distintos sobre el medio ambiente (intensivo, extensivo, orgánico, ecológico…) y sobre las personas que los cuidan (mujeres, niños, jornaleros…).
Contribuirás a recudir el consumo de agua si consumes productos frescos de temporada, cuyo cultivo se adecua al clima, y si son de Km 0 ayudarás a reducir las emisiones de CO2.
¿Sabías que los cultivos de leguminosas tienen una reducida huella hídrica, lo que significa que para producir 1 kg de lentejas se necesitan 1.250 litros de agua? Fuente: FAO (2017)
Para reducir la cantidad de comida que desperdiciamos cada día, es importante comprar y preparar la cantidad que vas a consumir. Además, estarás contribuyendo a reducir la pérdida de litros de agua utilizados para su producción.
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