Cuando se comienzan a beber bebidas con alcohol se nota cierta sensación de bienestar y alegría pero cuantas más cervezas y cubatas bebemos aumentamos el riesgo de perder el control, tener mareos y visión borrosa, sueño, descoordinación a la hora de hablar, de bailar… o incluso agresividad con la gente que nos rodea o con quienes no conocemos.