En España la conducción de vehículos y las drogas son objeto de regulación tanto en las normas administrativas (sanciones económicas y pérdida de puntos) como en las normas penales (pérdida del carnet, prisión, trabajos en beneficio de la comunidad…).
La Ley de Seguridad fija la prohibición, así como las tasas máximas de alcohol permitidas para conductores/as.
Las tasas máximas del alcohol permitidas para conducir son la siguientes:
La gravedad de la sanción depende de la tasa de alcohol en el aire espirado:
El capítulo IV del Código Penal estandariza los delitos contra la seguridad del tráfico y establece las siguientes penas para conducir con exceso de alcohol.
En el alcohol, las penas pueden ser por superar las tasas de alcohol establecidas en el aire espirado y en sangre o por la negativa de la persona a realizarse una prueba de alcoholemia: