¿Qué es la alcoholemia?

La alcoholemia es la cantidad de alcohol que hay en la sangre después de haber bebido. Puede medirse a través de un análisis de sangre o de un análisis en aire expirado, ya que una parte del alcohol se elimina por la respiración y es a través de ella que puede ser detectado.

La alcoholemia depende en gran medida de la cantidad de alcohol que se haya tomado. Así, a más alcohol, mayor nivel de alcoholemia. Pero, además de la cantidad, hay otros factores que influyen en el nivel de alcoholemia al que se llegue:

• La rapidez con la que se ingiera la bebida. Cuanto más rápido tomes la bebida alcohólica, mayor será la velocidad de absorción y la cantidad total que pase a la sangre.

• El tiempo que el alcohol permanece en el estómago. Si hay alimentos en él, es menor la velocidad a la que pasa a la sangre.

• Las chicas necesitan más tiempo para metabolizar que los chicos, por lo que, a igual cantidad bebida, mayor será su alcoholemia.

• Cuanto menor sea nuestro peso, mayor será la alcoholemia. Dada una misma ingesta, cuanto mayor sea el contenido de líquido del organismo, menor será la tasa de alcoholemia resultante. De ahí que una persona de mayor peso tenga una tasa de alcoholemia menor, tras consumir la misma cantidad, que otra persona de menor peso.

• Una vez dentro del cuerpo, el alcohol se metaboliza en su mayor parte en el hígado a un ritmo constante que no puede ser alterado. Por término medio, se elimina a un ritmo de 0,15 g/l por hora. Así, una cerveza tardará en eliminarse aproximadamente una hora, mientras que un cubata tardará algo más de dos horas.

• Dado que el alcohol se metaboliza a un ritmo constante, cuando tenemos consumos intensivos en poco tiempo, aunque experimentemos ciertos efectos al inicio, el alcohol continua metabolizándose y la persona puede sufrir los efectos máximos más adelante.

• Las circunstancias personales, la fatiga, el tener sueño, el estrés…, son algunos factores que pueden potenciar los efectos del alcohol.