“Puede que no podamos escoger la manera en la que sentimos, lo que deseamos, pero podemos elegir lo que hacemos con esos sentimientos y deseos”
Jeffey Weeks, historiador y sociólogo
A lo largo de la vida vamos a vivir situaciones que van a necesitar de ajustes y adaptaciones debido a cambios en nuestro cuerpo, en nuestras relaciones personales, familiares y sociales, y en nuestro entorno.
Las emociones son facilitadoras de cambio: son la “energía” que nos empuja a actuar para afrontar las situaciones de la vida.
Investigaciones recientes nos advierten de que nuestro cerebro es el resultado de la combinación de emociones innatas y universales: alegría, tristeza, ira/enfado, asco, miedo… Todas ellas compiten.
En busca de soluciones, las distintas emociones se activan o desactivan para dirigir los impulsos, decisiones y emociones.
Nuestro bienestar depende de la interacción de muchos mecanismos diferentes. No somos ni alegría, ni tristeza ni ninguna de las emociones que podemos experimentar en un momento dado: cada persona somos el producto de las pugnas y las colaboraciones de todas las emociones juntas, de nuestra experiencias, pensamientos y percepciones.
Todas las emociones nos sirven para algo, nos ayudan a entender mejor qué nos está pasando y a funcionar de una manera más eficaz. Bien gestionadas, todas ellas son beneficiosas.
El reto no es dejar de sentir las emociones, sino saber y poder manejarlas. Manejar las emociones en lugar de que ellas nos manejen.
Más información:
Emociones. Salud emocional. Osakidetza.
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